Sucedió en el océano, ¿qué océano?, ¿que carajo importa? El hecho es que Glavarlad estaba en el carajo mirando a todos lados, buscando tierra, tesoros, o alguna que otra sirenita perdida en ese inmenso azul, ¡oh azul!. El caso es que Glavarlad por fin vio algo y gritó: - ¡Capitán, capitán!, ¡no podrá creerlo capitán!, ¡lo que acabo de ver es impresionante!-, se bajó como un disparo del carajo y corrió hacia el cuarto del capitán, donde yacía en su cama con un inmenso dolor estomacal.

- ¡Mierda! ¡mierda! ¡que no he podido lavarme los dientes en cinco días!, ¡ya no aguanto este dolor Glav!, no lo aguanto mas, ¿Cómo puede sufrir tanto alguien que navegó los siete mares y le entregó su pierna mas querida al temido kraken!, y ni olvidarse de cuando perdí mi ojo en una riña con aquel detestable pirata Barbanegra, ¡que días aquellos!, mi estómago me respondía en cada ataque de gula... - el capitán estira el brazo y toma una botella de whisky.
- Pero capitán, no me parece que deba seguir tomando ese whisky añejo con el dolor estomacal que tiene en este momento. Podría caerle muy mal ¿sabe?, no soy médico ni enfermero pero le aseguro que eso no le hará bien.
- Cierra la maldita boca de pez globo sin espinas y vuelve a tu trabajo, ¡nadie va a decirle a este pirata lo que debe y no debe hacer!. Me puede hacer mal, ¡que tonterías!
- Está bien, está bien, volveré a mi trabajo si así lo desea capitán pero cuide su estómago...- Glavarlad dio media vuelta apresurándose a salir de la habitación pero el capitán lo interrumpió:
- ¡Espere!, ¿Qué era eso tan impresionante que vio desde el carajo Glav?
- ¡Oh!, ¡no se lo dije capitán!, ¡un iceberg!, ¡un inmenso iceberg que se acerca a velocidades impresionantes a nuestro barco!, o nuestro barco al él, no sé - gritó Glav, pero sin perder la cordura y creo que no es necesario contar el final trágico que tuvieron el capitán y su fiel marinero.
Solo me hago un pregunta. ¿Se lavaban los dientes los piratas?
V.V... (no creo)
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