viernes, 19 de noviembre de 2010

Engendro

Con su imaginación, el pequeño Tom creó un engendro. 


Tenía siete patas, piel de rinoceronte, nariz de topo. Le gustaba pisar hormigas, mirar a Rial en la televisión, morder sillones, histeriquear, llamar la atención. Ojos tenía tres y a la vez era como un cíclope... Del tamaño de un minotauro, dientes de fuego, peluca de carlitos Bala, siete brazos: dos eran llaves, tres eran persianas, uno era papel higiénico, y el que resta era una pala para matar. También tenía pene, en la frente, pero como no había un sexo femenino no se podía reproducir, era el último en su especie y no le interesaba siquiera pensarlo. Sus orejas eran clavos; clavos oxidados de tanto escuchar radios feas. Salía a caminar sólo los días de invierno a las cinco de la mañana, el resto del año vivía en la penumbra, o mejor, se iluminaba con la heladera. 
 Nadie sabe como llegó al mundo, porque sí, se escapó de la imaginación del pequeño Tom y puso un programa en la tele, hoy es famoso y la gente lo aplaude, pero sabe que no va a durar mucho tiempo, no. 
 Para seguir con su descripción, podríamos decir que tiene dedos, incontables dedos en pies y manos... Algunos arriesgados dicen que tiene como 17320 y que los sabe usar a todos... entre ellos tiene billetes, dedos que son tuercas, agujas de relojes, más persianas, también tiene flores bien escondidas, tiene rosas y jazmines. En la panza tiene muchos colore... ¡ESPEREN! ya no se lo pueden imaginar ¿no?, entonces no tiene caso seguir con esta estúpida descripción... 
 Pobre Tom, ¡seguí probando nene! ¡seguí!, ¡seguí! que seguro algo bueno va a salir. 


V.V.

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